30 de agosto falleció el compañero David Sanders
La Coordinación de ALAMES lamenta comunicar que el 30 de agosto falleció el compañero David Sanders un luchador incansable por la salud de los pueblos. Compartimos lo que, respecto de él, escribió el Compañero Eduardo Espinoza, miembro de esta Coordinación:
DAVID Sanders, luchador sudafricano por el derecho a la salud de los pueblos, falleció el 30 de agosto por la noche.
Le conocí en diciembre de 2000, en Bangladesh cuando se celebró la primera Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos.
A partir de entonces fuimos excelentes amigos y camaradas que coincidimos plenamente en nuestras convicciones ideológicas y políticas. Fue también que a partir de entonces nos reencontramos siempre, con cada nueva Asamblea Mundial del MSP, en los lugares más recónditos del planeta.
Desarrollamos juntos con Ron Labonte, Roman Vega, Angelita Elias, Francoise Barten, Mario Róvere y otros académicos comprometidos con la lucha por el derecho a la salud trabajos multicéntricos de investigación que no solo generaron evidencia importante para fortalecer la lucha por la salud de los pueblos sino que también nos dieron el placer de seguirnos encontrando y compartiendo experiencias de lucha y esperanza. Especialmente valioso fue seguir cultivando una fuerte amistad. De tal manera que en 2009 tuvimos la suerte de contar con una visita de David en los días previos a que nos integráramos al nuevo gobierno del FMLN en El Salvador. Con él hicimos un profundo análisis de la situación de salud en el país, validamos nuestra propuesta de reforma e identificamos las posibilidades de apoyo que se ofrecían desde el Movimiento de Salud de los Pueblos para fortalecer el proceso de Reforma del Sistema de Salud, que estaba por iniciarse en El Salvador; fue así como se sembró lo que posteriormente serían frutos invaluables en términos de formación de liderazgo comunitario y de personal de salud en el país a través de los cursos UISP, que se celebraron ininterrumpidamente durante 8 generaciones con los más prestigiados y comprometidos académicos del MSP y de ALAMES.
EL Salvador y la humanidad entera adquirieron con este gigante de la Salud Pública una deuda que aún no alcanzamos a estimar.
Es, indudablemente una pérdida irreparable para quienes le conocimos, compartimos y trabajamos con él. Lo es también para todos los excluidos, los pobres y los marginados a quienes dedicó su vida y su trabajo.
¡Que la madre tierra, a la que tanto quiso, le sea leve y le acoja generosamente en su seno!