Declaración pública del XIV Congreso Latinoamericano de Medicina Social y Salud Colectiva
Declaración pública del XIV Congreso Latinoamericano de Medicina Social y Salud Colectiva, XIX Congreso de Políticas de Salud y II Encuentro Latinoamericano de Movimientos Sociales por el Derecho a la Salud.
Los y las participantes en el XIV Congreso Latinoamericano de Medicina Social y Salud Colectiva, XIX Congreso de Políticas de Salud y II Encuentro Latinoamericano de Movimientos Sociales por el Derecho a la Salud, reunidos en Asunción, Paraguay, entre los días 26 y 28 de octubre de 2016, presentamos a los pueblos del mundo, desde nuestra Abya Yala, las siguientes consideraciones y propuestas, de cara a la compleja situación de la salud en el mundo como resultado de la profunda crisis civilizatoria que vive la humanidad.
- Apenas comenzando el siglo XXI asistimos a una verdadera profundización de la crisis civilizatoria. El capitalismo global, en el actual régimen de acumulación de carácter financiero, extractivista, cognitivo, patriarcal y racista, está acabando con la vida en el planeta. El capitalismo global se ha impuesto por todos los medios como la única opción de organización humana, haciéndonos creer que los seres humanos somos individuos aislados que sólo sobrevivimos compitiendo y excluyendo al otro. El proyecto moderno de la razón instrumental, que separa al ser humano de la naturaleza y que la degradada a simple recurso explotable, no ha producido más que una profunda amenaza a la misma sobrevivencia humana, mientras se profundiza la desigualdad de clase, género, etnia, generación y territorio, en medio del productivismo y el patriarcalismo rampantes. Hacemos un llamado a los pueblos, organizaciones sociales y políticas del mundo a hacer conciencia de la inviabilidad de este modo de vida al que hemos llegado por el dominio de unos pocos, y a construir una nueva relación sociedad-naturaleza que nos permita cambiar la trayectoria hegemónica actual, para hacer de la vida y la salud, del planeta y de la humanidad, el norte de nuestras acciones colectivas, partiendo de la cosmología de nuestros pueblos originarios, su visión del “buen vivir” y sus saberes ancestrales.
- Una de las más preocupantes evidencias del impacto del nuevo régimen de acumulación sobre la salud humana y del planeta en general, y sobre la soberanía alimentaria de los pueblos, es el descomunal uso de agrotóxicos de todo tipo para el agronegocio, como parte de la reprimarización de las economías latinoamericanas. Continuaremos denunciando estos impactos y convocamos a las pueblos latinoamericanos, tanto rurales como urbanos, a rechazar este tipo de producción deletérea e injusta, y a recuperar nuestros saberes ancestrales para construir alterativas de producción agroecológica que prioricen la vida, la salud y la alimentación de los pueblos.
- Las reglas del comercio mundial, impulsadas hoy a través de los organismos financieros y los tratados del supuesto libre comercio internacional, continúan favoreciendo y protegiendo la acumulación de capital de las grandes transnacionales, a costa de las condiciones de vida de la mayoría de la población mundial, que se expresan en las inequidades, sufrimientos y muertes evitables que constatamos en los servicios de salud. Sólo desde la oposición consciente de los pueblos organizados será posible confrontar esta tendencia, comenzando por la exigencia a los cuerpos legislativos de todos nuestros Estados de revertir o no firmar los tratados de libre comercio dominados por Estados Unidos (denominados TTP y TTIP) y la redefinición de los derechos de propiedad intelectual que obstaculizan el acceso universal a los beneficios del conocimiento humano.
- Las clases capitalistas del Norte y del Sur Global han decidido recuperar su poder en todo el mundo, con estrategias engañosas que pasan por la manipulación de los medios masivos de comunicación, la corrupta democracia representativa, el montaje de espectáculos y la judicialización de la política. Denunciamos el uso de estas estrategias en varios países de nuestro continente, como Honduras, Paraguay, Brasil, Argentina y Venezuela, y exigimos respeto por la voluntad mayoritaria de nuestros pueblos de construir equidad y democracia radical con los gobiernos progresistas que hemos elegido en América Latina, aún con sus limitaciones y errores.
- En el mismo sentido, denunciamos el saboteo financiero que adelantan sectores opuestos al gobierno legítimo de El Salvador, tanto en la Asamblea Legislativa como en la Corte Suprema de Justicia, mientras impulsan exigencias imposibles por parte de algunos sindicatos de empleados públicos, para llevar al sector público a una asfixia económica que desestabilice el poder ejecutivo elegido democráticamente.
- El proyecto neoliberal hace parte de la crisis civilizatoria, en la medida en que debilita la inversión social, prioriza la designación de presupuestos para el pago de la deuda pública, destituye los derechos sociales y colectivos, mercantiliza bienes comunes, profundiza la inequidad existente y profundiza la ideología del consumismo individualista. Este proyecto se traduce en la tendencia desaforada a la privatización de los servicios de salud en todo el mundo para seguir aumentando las ganancias del complejo médico-industrial y financiero, a costa del dolor, la discapacidad y la muerte de muchos. La agenda de reforma de los sistemas de salud, denominada “Cobertura Universal en Salud” (CUS) y promovida por el Banco Mundial y las organizaciones mundial y panamericana de la salud (OMS y OPS), no garantiza el derecho a la salud de los pueblos. Por el contrario, lo reduce a la atención individual de la enfermedad para universalizar seguros diferenciados para pobres, medios y ricos, mientras engorda los bolsillos del capital financiero asegurador, nacional y transnacional. Es necesario rechazar esta agenda y promover acuerdos sociales y políticos en todos los países alrededor de la construcción de sistemas únicos de salud, públicos, descentralizados y democráticos, en el marco de protecciones sociales universales, a partir de profundas transformaciones en las sociedades, las instituciones y los Estados, desde la democracia radical del poder de los pueblos.
- La formación del personal de salud está atrapada por las condiciones estructurales establecidas por el complejo médico-industrial y financiero y la mercantilización de la atención en salud. La explotación del trabajo en salud ha generado relaciones docente-discente, trabajador(a) de la salud-paciente autoritarias, verticales y violentas, rompiendo el compromiso del personal de salud con el cuidado y la recuperación de la salud. Convocamos a las comunidades académicas de las instituciones formadoras de personal en salud a revisar profundamente sus procesos para superar la reproducción de este estado de cosas y construir un nuevo compromiso con la salud y la vida, con equidad y reconocimiento de la diversidad de género, etnia, generación y territorio.
- Las organizaciones sociales del mundo y América Latina están activadas. Son ellas las que han construido y sostenido a los gobiernos democráticos opuestos al proyecto neoliberal. Son ellas las protagonistas de la resistencia al poder de las élites capitalistas y su afán de expansión de los mercados y las ganancias. Son ellas las mejores defensoras del derecho universal a la salud, entendida ésta mucho más allá de la atención de la enfermedad como el “buen vivir” y la máxima realización de los proyectos de vida de las personas y comunidades, sin exclusión alguna, pero con el reconocimiento de la diversidad humana. Llamamos a los pueblos del mundo a fortalecer su movilización y organización para construir juntos un nuevo proyecto civilizatorio que supere las injusticias del modo capitalista de vida.
- Rechazamos la impunidad persistente y la complicidad de los Estados, por acción u omisión, respecto de la desaparición forzada y el asesinato de luchadores(as) que soñaron con un nuevo orden mundial. Verdad y justicia para los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, México, Bertha Cáceres en Honduras, Máxima Acuña en Cajamarca Perú.
- La indefensión, la culpabilización y la detención injusta en la que se encuentran muchas mujeres que deciden interrumpir su embarazo en varios países de América Latina es alarmante. Sólo la movilización de la sociedad logrará la necesaria legalización del aborto terapéutico y libre, eugenésico y ético en América Latina, como la mejor medida para superar esta inaceptable situación de violencia de género.
- Agradecemos profundamente la fraternidad, la hospitalidad y el afecto recibido de nuestros queridos amigos y colegas de ALAMES-Paraguay durante la realización de los eventos.
Asunción, Paraguay, 28 de octubre de 2016.