Tiempo de constituyente. Hora de debate abierto… hay que decir las cosas como son
Es evidente que estamos en guerra. Guerra no convencional, guerra híbrida. Combinación de guerra económica, psicológica y tecnológica, que incluye acciones político diplomáticas, sanciones económicas, operaciones de prensa, y operaciones encubiertas… la guerra no es un invento del gobierno, es una clara declaración del imperio a un pequeño país que trata de salirse de las reglas del capitalismo mundial imperante.
La guerra tiene tres causas fundamentales: 1. Una confrontación entre dos modelos político ideológicos: capitalismo y socialismo, 2. Una pugna geo política: para los EEUU es una absoluta prioridad recuperar el control del continente. Y Venezuela es una piedrita en el zapato imperialista, y como molesta! 3. Hay una disputa por recursos estratégicos esenciales, indispensables para que Estados Unidos pueda mantenerse como la potencia imperial que es.
EN ESE MARCO HAY QUE SER ABSOLUTAMENTE SOLIDARIO CON LAS LUCHAS DEL PROCESO POLÍTICO VENEZOLANO Y SU CONFRONTACION CON EL IMPERIO.
Defendemos un proyecto histórico alternativo al capitalismo, el del socialismo, defendemos los logros del proceso venezolano. Pero no necesariamente debemos ser incondicionales con un gobierno que tiene muchas fallas y contradicciones. Nuestro gobierno tiene un discurso anti imperialista y socialista, pero una práctica disociada y bastante alejada de esos principios políticos. Hay muchos ejemplos, veamos algunos: el proyecto del Arco Minero del Orinoco entrega nuestros recursos minerales estratégicos al gran capital transnacional, con elevados niveles de deterioro ambiental y reprimarización de la economía. No basta con llamar al Ministerio ecológico o socialista. Ese tema debe ser discutido con los discursos de Chávez en la mano. Ese es tema de constituyente.
Es evidente que uno de los puntales del gobierno es la alianza cívico militar, pero a que costo! Nadie duda el papel exagerado del sector militar en el manejo de la institucionalidad del país. Y no es casual, que eso vaya de la mano con los elevados niveles de corrupción y burocratismo que hay en el gobierno, también Chávez lo decía: la burocracia y la corrupción son el cáncer de la revolución. Eso es tema de constituyente.
Es indudable que la política económica del gobierno es errática e incongruente. No resuelve los problemas del pueblo, que debe enfrentar elevados niveles de inflación y desabastecimiento. No hay proyecto revolucionario con posibilidades de triunfar y mantenerse sin una política económica que produzca satisfacción y bienestar en la gente. La que tenemos produce malestar y descontento. Eso es tema de constituyente.
La forma de hacer política de buena parte de nuestra dirección se parece mucho a la de la vieja AD, llena de populismo, de trampas, de mentiras, maniobras, manipulación, con doble discurso. La OPACIDAD de gestión es la norma. Es imposible conseguir cifras oficiales de nada. O se ocultan o se manipulan.
POR SUPUESTO, EN ESE MARCO SOMOS CRITICOS DEL GOBIERNO Y DE SUS ACCIONES.
Pero qué le pasa a la gente… vive su drama y su descontento, y a pesar de él, se cohesiona ante un discurso anti imperialista y anti injerencista, que aunque está disociado de la realidad cotidiana, confronta los designios fundamentales del gobierno de los Estados Unidos. A esto hay que agregar las nefastas políticas de la oposición que al optar por la violencia han perdido buena parte del apoyo popular que una vez tuvieron.
NUNCA ESTAREMOS DEL LADO DEL IMPERIO O SUS ALIADOS NACIONALES, PERO NO SE NOS PUEDE PEDIR SILENCIO Y COMPLICIDAD, MENOS EN TIEMPO DE CONSTITUYENTE.
Una de las aéreas de mayor contradicción entre el discurso y la práctica es SALUD. Ya discutiremos ese tema con más amplitud en futuros artículos. Pero la situación de salud es crítica, hay elevados niveles de mortalidad materna e infantil. Han reaparecido enfermedades transmisibles hasta hace poco erradicadas. No se ha logrado construir el sistema público nacional de salud previsto en la constitución. El sistema actual está súper fragmentado, colapsado, sobrevive haciendo jornadas y operativos de carácter populista y engañoso, y es incapaz de dar la más mínima respuesta al ciudadano.
Como consecuencia, el modelo de atención que prevalece para atender la enfermedad es a través del sector privado, financiado desde el estado. El Estado venezolano financia al sector privado y desfinancia al sector público. Las últimas cifras dicen que es mayor el gasto del Estado para financiar clínicas privadas por la vía del aseguramiento, que todo el presupuesto del Ministerio de Salud.
Por supuesto, este análisis debemos hacerlo desde una visión muy auto crítica, ya que hemos tenido algunos ministros muy buenos y con excelentes intenciones, y hemos sido parte de esas gestiones. Por eso nos toca hacer a lo interno una valoración de lo que ha pasado, de nuestro papel, de nuestras propias insuficiencias e incapacidades, y de las causas del desastre de la salud en el país. Es una tarea insoslayable y un imperativo ético. Así ello nos confronte con nosotros mismos.